Es por todos sabidos el dicho “Somos lo que comemos”. Porque efectivamente, depende de cómo nos alimentemos, previsiblemente vamos a desarrollar o no enfermedades o trastornos en el futuro.
Según los datos actuales, cada español consume casi 50 kilos de carne al año. Según la OMS este consumo debería ser mucho menor: 21 kilos.
“La carne es una fuente importante de proteínas de alto valor biológico, aportando además una gran cantidad de micronutrientes en los que se incluyen las vitaminas del complejo B, hierro, potasio, fósforo y zinc.
La asociación que se hace entre carne y patologías depende del producto que estemos hablando, no es igual de perjudicial una pechuga de pavo que una salchicha. En cualquier caso, los productos cárnicos se vinculan a nivel epidemiológico con una mayor IMC (índice de masa corporal), mayores tasas de cáncer y enfermedades cardiovasculares, como diabetes tipo 2 e hipercolesterolemias”, afirma Aitor Sánchez, dietista-nutricionista y tecnólogo de los alimentos en su libro Tu dieta puede salvar el planeta (Paidós).
Ejemplos de carnes procesadas serían las salchichas Frankfurt, el jamón york, la carne en conserva, enlatada, la cecina y las salsas hechas con carne.
También hay que tener en cuenta que la alimentación y el estilo de vida que ha tenido la crianza de los animales influye notablemente en la calidad de la carne. No es lo mismo un cerdo criado en la dehesa y alimentado con bellotas, que otro encerrado en un habitáculo y engordado a base de pienso.
Aitor Sánchez, dietista-nutricionista La AECOSAN hace hincapié en los beneficios demostrados científicamente que la dieta mediterránea tiene para nuestra salud. Una dieta que es rica en frutas, verduras y legumbres, que usa el aceite de oliva para cocinar y aderezar, que incluye el pescado y la carne, esta última haciendo un consumo moderado.
Todo indica que sería aconsejable reducir el consumo de carne más que eliminarlo por completo. La recomendación de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) es tomar carne de manera moderada, unas 2 ó 3 veces a la semana, pues su consumo continuado y/o excesivo puede relacionarse con problemas de salud.
Por otra parte, estamos hablando de una alimentación sostenible con el medio ambiente, ya que se afirma que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería y que para producir un kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua. Con todos estos datos y teniendo en cuenta que supone medioambientalmente producir carne en nuestro país, nos podemos hacer la pregunta de por qué se sigue fomentando la producción de carne en España.
La respuesta es muy simple, el dinero que genera. La industria cárnica supone un 25.2% del dinero que se produce en nuestro país. Esta actividad supuso unos ingresos de 27.959 millones de euros el año pasado (un 2,32% del PIB del país).
(Foto de: https://www.aarp.org/espanol/salud/vida-saludable/info-2019/comer-carnes-rojas-procesadas-y-la-dieta.html )
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