Estamos acostumbradas a que los políticos de cualquier partido, prometan, prometan y nunca acometan.
Es decir, la política se ha convertido en un engaño verbal, donde cada partido de forma impune, promete a veces cosas ridículas, absurdas, y en la mayoría de las veces imposibles.
No nos culpen a quienes votamos, o no votamos o votamos nulo, la culpa es que no se ampara el principio democrático de respeto a la población.
Necesitamos una política limpia, coherente, y que no nos trate como manipulables.
Por eso, gobierne quien gobierne, uno de los principios básicos y sin eso, el juego no puede continuar, es tratar con penas de cárcel a quienes por medios engañosos quieren obtener tu voto.
Es simple, por Ley un acuerdo entre dos personas de forma verbal, tiene la condición de CONTRATO, con este principio, cuando un político promete y presenta un programa electoral para que lo elijan, cuando realiza un incumplimiento de contrato, es tremendamente grave porque el engaño a nivel estatal es de más de 48 millones de personas (según el INE). Tanto a nivel estatal o regional, debe ser delito el incumplimiento de contrato por parte de los políticos.
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