Mi hija intentó suicidarse, esta es la historia del otro lado, del lado de cómo lo vivimos las personas que quedamos

Esta historia es real, voy a cambiar el nombre, todo lo demás es tal cual lo recuerdo, ¿Qué porqué lo cuento?, por mi salud mental y porque creo que ante el drama de la cantidad de suicidios diarios, debemos actuar como sociedad para parar esta locura, algo falla y nos encontramos atadas de pies y manos incapaces de servir de apoyo porque nos sentimos perdidas, no sabemos cómo ayudar.. Tan sólo podemos dar amor, y decírselo, que no pase día sin decírselo, que después no nos arrepintamos por no haberlo dicho lo suficiente, que no tengas que llegar a arrepentirte.

No lo vamos a entender, ni te ocupe eso, puedes ponerte en su lugar y ver que la mente y como estás en un momento determinado cuando y aunque no sea así, tu crees que no tienes a nadie, que ya no tienes salida, que ya no quieres vivir… sólo quiero lanzar un mensaje, NO ESTÁS SOLA, NO ESTÁS SOLO.

Otro mensaje, la asistencia psiquiátrica y psicológica es calamitosa, ante un acto semejante gracias a que tenía seguimiento psiquiátrico por el TDAH fué rápida, sin embargo, la psicológica, nada, ha tenido que ser de pago, ¿Y cuando no puedes pagarlo?.

Psiquiatría y psicología dentro de la Sanidad Pública debe ser un protocolo inmediato, urgencias psiquiátricas es la primera barrera de contención por lo que no puede quedarse en sortear sin evaluar realmente, porque no hemos entendido esto, ocurren tantas desgracias. La prevención en Salud Mental debe ser prioritaria, porque su ausencia, causa muertes, muchas muertes.

El viernes 12 de mayo de 2023, Alba no despertaba.

No hay nada más terrorífico que tu hija intente suicidarse, ¿qué no haya visto otra salida?, ¿qué no te hayas dado cuenta de lo mal que estaba?.

Vive en casa con su novio, aunque con poca relación conmigo, intenta no cruzarse conmigo para no tener que hablarme, así llevamos un par de años, desde que ella quedó en paro y no podían pagar el alquiler, al poco de volver a casa, encontró trabajo y los dos aunque trabajando no se fueron.

La relación conmigo nunca ha sido buena, a mi hija le pasa desde pequeña, que cuando alguien le falla, ya la tacha y deja de tener trato, el problema es cuando esa persona es tu madre y encima vives con ella, pues eso, la convivencia una tortura y ella y su novio viviendo encerrados en su habitación e intentando no encontrarse conmigo.

No soy perfecta y me equivoco y me duele el trato que tiene conmigo.

 El día de antes que yo estaba de vacaciones, esa tarde salía de casa y ella entraba con el perro, me preguntó que adónde iba y me dió un beso, me quedé extrañada, le dije que volvería pronto, ya no la volví a ver despierta.

A la mañana siguiente su puerta estaba abierta, su novio estaba en el aseo y miré dentro y la ví durmiendo plácidamente e incluso sonreía, ¿Cómo no me dí cuenta en ese momento?.

Salí para hacer una cosas, estaba poniendo pegatinas para una acción de XR, a las 12:37 me llama su novio, que Alba no despertaba, que había llamado a una ambulancia, que estaba de camino, que la intentaba despertar y le estaba preguntando qué se había tomado.

Salí volando para casa, no entendía nada, al abrir la puerta todo lleno de policías y de personal sanitario, lo primero que me dicen “¡Tranquila, está bien!”, corrí hacia ella y la abracé, “¿hija, Alba, qué te pasa?.

Ella no respondía.

Su novio dijo en ese momento que habían tenido problemas, como todas las parejas, lo repitió varias veces, supongo que por la policía y el personal sanitario que estaba en la casa.

¿Qué te has tomado? le preguntaba su novio, a malas penas le entendió “la mochila roja”, dentro había muchas cajas distintas, la mayoría vacías.

Su novio dijo que la semana anterior le habían recetado Orfidal por un ataque de ansiedad, viendo tantos envases vacíos le dije a la policía, en una semana no pudo tomarse todo esto, el policía amablemente me decía, no, no es posible.

Me dijeron que le habían puesto un antídoto para combatir lo que se había tomado y que podía acompañarla en la ambulancia, yo dudé ya que no sabía si ella quería que fuera yo, su pareja se lo preguntó y mal entendimos que le daba igual, por lo que dije “si le da igual iré yo”.

Todo el camino aunque ella estaba con los ojos cerrados y no se si me oía, le repetía, “todo va a ir bien, no te preocupes vida, todo va a ir bien, te quiero cariño”.

La meten en urgencias y me dicen que no podrán hablar conmigo hasta que no la valoren de psiquiatría, le dije “lo entiendo, sólo quiero saber si está bien” “no podemos decir nada hasta que no la valore psiquiatría, váyase a su casa y la llamaremos por teléfono”.

Me quedé en la puerta sin poder moverme, ¿cómo me iba a ir a casa sin saber cómo estaba?.

Empecé a llamar por teléfono, a su hermano que estaba en Murcia  y también a su padre, que aunque ella no tenía relación desde hace mucho con él, debía saberlo, es su padre, él es otra puerta que cerró.

También llamé a su novio que me dijo que estaba tardando porque estaba registrando para ver si había más pastillas y haciendo nosequé, lo siento no me acuerdo, creo que dijo que sacando al perro y que había encontrado dos cartas de despedida una para él y otra para mí, que si quería que me la leía, le dije que no, que prefería que me la trajera para leerla yo.

Llega su hermano y al rato su padre, no puedo darles información ya que aunque volví a preguntar para saber si estaba bien, me repitieron “tienen que valorarla en psiquiatría”.

Su padre entró a preguntar y le volvieron a repetir el mismo mantra, por lo que recurrió a una amiga que se volcó y gracias a ella supimos que estaba estable y en sala con otras por lo que no corría peligro.

Al rato llegó su novio, me dió su carta, que él ya había leído, la parte que me dice “que siguiera con mis cosas”, ¿cómo iba a seguir sin ella?, también dijo su novio que había medicamentos que se los había conseguido un “amigo”, que no sabía que amigo era, pero que anteriormente le había conseguido una caja de Trankimazin que se dejó en su coche.

Su novio, en ese momento conoció al padre de Alba, a mis hermanas y sobrina, supongo que por esa razón en ese momento volvió a repetir que habían tenido problemas como todas las parejas, volviendo a repetirlo varias veces.

Él había consultado con su psicóloga, ya que también había tenido un intento de suicidio, por supuesto que también me procupé por el.

Volvimos a casa el novio, mi hijo y yo, sólo tenía en la cabeza, ¿qué más hay en su habitación?,  esperé a que su novio se fuera a trabajar (después no entendí cómo pudo ir a trabajar, en fin) y registré todo lo que pude, encontré otros medicamentos pero más “normales”, como ibuprofeno, Ebastel, Enantyum, Dentispray, Levogastrol,... a él le dije después que había registrado la habitación.

El sábado aguanté en casa hasta pasadas las 8 de la mañana y me fuí a la puerta del Hospital, no podía estar en casa.

Sobre las 10 llaman por teléfono y al estar allí, me atendieron en persona, era una enfermera, lo primero, le pregunto por ella, que estaba estable y que estaba bien, pero como no le salía la voz del cuerpo no podían valorarla en psiquiatría. Le habían hecho un lavado de estómago y puesto carbón activo para contrarrestar los efectos.

Al rato, vino mi familia, y mi hijo, que su prima lo recogió del trabajo, no sabía qué hacer, y al final fué pero al poco no podía seguir trabajando, por lo que lo recogió la prima, también llegó su padre.

Sobre el mediodía, llamó el psiquiatra, y gracias a que estaba allí pudimos hablar en persona con él, le digo que tiene mala relación conmigo y problemas con su jefe, también que consiguió muchas de las pastillas por medio de un “amigo”, que no sabemos quién es. Él dice que ella le ha comentado que tomó pastillas de más, que ha sido un “accidente”, se lo niego, ella dejó una carta de despedida para su novio y otra para mi, que la llevo encima, me la pide dice para “enfrentarla”, como le digo que no quiero que se pierda, me dice que espere. Al rato sale con la carta y me dice que sí que lo reconoce.

El sábado por la tarde, volvió a llamarnos el psiquiatra y como seguía en el hospital, pudimos hablar en persona.

Nos dice que va a hacer algo que no es protocolario, o una palabra parecida, algo que no debía hacer, y es que la viéramos sin haberla valorado primero.

Apareció por la puerta y me abalancé a abrazarla, y su hermano y su padre también, la familia quedó detrás respetando el espacio.

Pasamos a una habitación con su padre, hermano, ella y yo.

Habló con ella y luego juntxs, que Alba se comprometía a que yo le llevara las pastillas, ¿de verdad? ¿a una mujer de 24 años le vas a llevar las pastillas? ¿y las que se consiguió con el “amigo”? ¿Ésas quién las controla?.

A Alba no le salía la voz del cuerpo, nos pregunta el médico si es normal, para nada, ella no es así, así no es mi hija.

Habla con ella a solas, y el psiquiatra nos dice que ella ha hablado, que tenía problemas en el trabajo con su jefe y también conmigo, le digo ¿y de su novio? ¿ha hablado?, no, de él no ha dicho nada, le digo, ¡Pues eso es lo importante!, y contesta el médico, yo también lo creo.

Su novio no fué en todo el sábado, yo le pedía a Miguel que le informara, que estuviera en todo momento informado, yo también le llamé alguna vez y enviado algún mensaje, estaba en casa por la tarde y hablamos, con lo que nos dijeron parecía que no iban al punto clave, que ella aunque medio drogada, lo que decía era para salir, sin ir al meollo, tan sólo lo que el psiquiatra quería oír.

En ese momento confiesa el novio, que hace algo más de una semana le dijo de tomarse un tiempo, que tenía pensado irse el lunes. Concordaba con el ataque de ansiedad que tuvo hace una semana.

Le volví a preguntar a él lo que opinaba su psicóloga de todo esto, parece que ella le aconsejó que la dejara poco a poco, no le dije nada de lo que opinaba.

También que le había dejado todo su dinero.

Sólo me interesaba lo que le pedí, que fuera al Hospital al día siguiente.

El domingo estamos a las 10 como nos dijo el psiquiatra, al cabo de un par de horas asombrados vemos a Alba con un papel en la mano, es el alta y un folleto de prevención de la conducta suicida, junto a una enfermera ya que no podía sostenerse bien, ¿qué pasa? Le dan el alta, enseguida salto, ¿pero cómo, si no ha podido hablar, si casi no se la entiende? apenas se sostiene, ¿cómo ha conseguido las pastillas? ¿Alba quien te suministraba las pastillas?, ella no puede ni hablar ¿cómo sabremos cuando llegue a casa que no lo vuelva a hacer?. El médico que la trató dejó el alta ya hecha y se fué, supongo que así no tenía que vernos,  por lo que esperamos para hablar con la psiquiatra que lo sustituía.

La psiquiatra habló con nosotrxs y luego con ella, para finalmente estar todxs juntxs.

Que ella se comprometía a que una persona controlara la medicación, que si se encontraba mal, que volviera a urgencias inmediatamente.

En fin…

Se intentó suicidar el viernes, sin estar en plenas facultades mentales, sin verbalizar ni llegar al motivo del acto que cometió, yo tan sólo soy madre, pero me parece que la conducta de psiquiatría del Santa Lucía no es ni mínima, aunque estuvieran saturados como dijeron y que la planta de psiquiatría estaba a tope, el psiquiatra le hubiera dado el alta al día siguiente sábado por la mañana, como nos vió con nuestras preguntas que no cuadraba con lo que él nos decía, intentó darle el alta por la tarde y como nos surgían otras preguntas que no podía resolver porque se alejaba su diagnóstico de ella, pues dejó el alta para el día siguiente y se aseguró de no estar y que fuera su compañera la que tuviera que tratar con el marrón, lo sé porque estaba en la puerta y lo ví irse sobre las 10 de la mañana, él también nos vió en la puerta, sabía que estábamos allí, a la misma hora que nos citó allí.

Es un desamparo, no hubo un diagnóstico de psiquiatría, tanto que decían cuando ingresó, que no podían decirme si estaba estable siquiera, jamás llegó a evaluarla y tener ese “famoso” diagnóstico..

Con el alta en la mano y en la otra un folleto.

A toda velocidad ya sabía lo que tenía que hacer, le pedí a mi hermana que se llevara a Alba, mientras en casa hacía “limpieza”, que es lo que le dije a Alba.

Le pedí a su novio una bolsa con ropa de Alba para llevarla a casa de mi hermana, lo que me preparó desde las zapatillas para el hospital así como camisetas, eran suyas.

En casa le pedí a su novio que ya que tenía pensado irse el lunes, que lo hiciera y que se llevara todas sus cosas, que no dejara nada y en caso de que ella quisiera algo, ya se lo pediría.

¿Ni los regalos que le hice?, ni eso, nada, es por su bien.

Le limpié toda la habitación, necesitaba asegurarme que no quedaba ni una pastilla y mi única obsesión era orden y limpieza, orden y limpieza, orden y limpieza, si hay orden y limpieza la cabeza funciona mejor y así hice, empezando por su habitación al resto de la casa. He tirado bolsas y bolsas y más bolsas, y ahora ya da gusto entrar a la casa.

Alba poco a poco va cogiendo fuerzas ya no la tienen que llevar, se sostiene aunque tambalee. Se quedó en casa de mi hermana con su prima y su hermano, esos primeros días, aunque no quería volver a casa porque estaba enfadada conmigo por cómo había tratado a su novio. Finalmente a la semana volvió.

Al cabo de la semana ya no parecía drogada, ya era ella, volvió Alba. Ni que decir tiene que es en ese momento en el que podían evaluarla, en fin…

Tomó 97 pastillas entre  Orfidal, Tranquimacid, Diazepan, Adolonta, Yurelax, Elvanse…

Sacó todo su dinero y se lo dejó a su novio, tiró toda su ropa a la basura, escribió las dos cartas. No, no fué una llamada de atención, ella quería quitarse la vida.

Han vuelto juntos, sé ahora que es una relación tóxica que lo único que puede pasar es que se hagan daño mutuamente, lo único que puedo hacer es que en casa él no esté, que ella sepa que es un espacio seguro.

El 24 de mayo ya no aguanté más, le pregunté cuándo tenía cita con la psicóloga (la semana que viene) y que le preguntara si veía conveniente que ella y yo habláramos de lo que ha pasado ya que no habla conmigo. He respetado y esperado pero creo que debemos hablar, ya que desde que volvió a casa, veo que es lo mismo que antes.

Aunque no se comunica mucho conmigo, con su prima y su hermano sí,  en caso de alarma me dirán, lo dirán.

El psiquiatra al que ella iba, porque parece ser que el año pasado decidió volver a tomar las pastillas para la hiperactividad, le adelantó la cita al 29 de mayo, le cambia las pastillas del orfidal a unas para la ansiedad, no se la marca y que vuelva a tomar la del TDAH.

30 de mayo, Alba después de su 3ª visita a la psicóloga, me dice que le ha preguntado y que le ha dicho que no tiene que dar explicaciones de lo que hizo, le digo que no quiero explicaciones, que simplemente no hemos hablado de lo que ocurrió que lo que quería decirle es que la quiero muchísimo, que sé que ocurrió porque no vió otra salida y que lo siento mucho.

Creo que por eso estoy escribiendo esto, es mi forma de desahogarme, de este shock tan grande, donde todo cae. Viendo como ella cree que soy yo, algo totalmente irreal, me hace creer que transforma la realidad, bueno, mientras tenga apoyo externo, me parece bien.

Aunque creo que sigue con su novio, queda con amigas y amigos, no sólo con él. No, no es igual que antes.

Poco a poco está abriendo puertas, poco a poco…conmigo, su padre, tías, familia… no, no está sola, y creo que a ella le sorprende descubrirlo.

También está descubriendo a mucha gente que la quiere.

Mi hijo, el gran mediador de mis angustias ya que soy uno de los problemas de mi hija, le pregunté a él, ¿Sabes por qué no me soporta?, quedó mudo, “no lo sé”, en fin, sufriré por ella hasta el final.

6 de Junio, pongo un mensaje de whatsapp a mi hijo, el mediador que él me pidió ser con su hermana, reconozco que pierdo la pinza.

“Hola hijo te paso el parte

Esta mañana la he llamado porque no le ha sonado la alarma para la analítica, cuando me iba al trabajo la he visto volver, llevo días sin verle la cara, supongo que porque se acababa de levantar tenía mala cara.

A mediodía...

Acabo de llegar a casa y no estaba por lo que la he llamado para saber si saco al perro, me ha dicho que no , pero q si lo sacaba esta noche, por lo que estará todo el día fuera.

Le he pedido que comiera que yo no veía que estuviera comiendo..me ha dicho que es que come fuera. No creo que sea así siempre y te digo por ejemplo ayer que llegue de trabajar y tú me dijiste que estaba fuera con el perro.. no fue así porque casi a las 12 de la noche le envié un watsap y me dijo que estaba en casa, ni sacó al perro ni cenó..”

9 de Junio, reconozco que tengo un principio de depresión, lloro por cualquier causa, se acrecenta porque mi hija en su tónica habitual se encierra en su habitación para no tropezarse conmigo y no tener que hablarme, me duele su maltrato, sobre las 2 de la mañana escuché un golpe contínuo en la puerta de su habitación, y mi imaginación me hizo verla, colgarse de la luz del techo, estuve pendiente para ver si la oía, sobre las 6 la escuché, no podría tomarme ninguna medicación que me impidiera estar alerta. Por desgracia me imagino muchas maneras en las que se suicida. 

Hoy sin embargo, me ha pedido acercarla al Kiwoko y al salir le he preguntado si le apetecía tomar algo, y hemos comido juntas en el Mostacho con una hamburguesa vegana deliciosa, un rato maravilloso, con gorriones incluidos, bueno, por lo menos es mi impresión, no sé lo que le ha parecido a ella. Hoy me hace creer en la esperanza.

Una de mis obsesiones es su habitación y que se pudiera entrar, algo totalmente vetado para mi, con su consentimiento, ya que le pareció bien, fue contratar una empresa de limpieza, desde el primer día, recogió y tuvo su habitación preparada para que entrara, gracias a lo empática que es Alba con los demás.

Esto va por días, nunca pierdas la esperanza, y lo que creas que tienes que hacer, hazlo, al final, tan sólo quiere que te comportes con el rol asignado, en mi caso el de “madre”.