Cuentos, o no tanto, de ‘La Loba’ y el espécimen de un pueblecito de Albacete

La Loba desde lo alto de la montaña y recostada cercana a su cueva observa el bosque, este tiene hoy sonidos de cascadas. Mientras, lentamente el sol sale detrás de la montaña, su calor y el oro de sus rayos van invadiendo el extenso valle de miles de colores, sabores y olores. La Loba observa atentamente a su manada y sus dominios. Un nuevo día manteniendo en el mundo un refugio de magia, coraje y luchas, este es el cometido de La Loba para con su manada y sus dominios. Hoy será un día que recordará no como un fracaso, si no como una victoria, aunque ella aun no lo sabe y vosotras, queridas lectoras, lo entenderéis todo si seguís leyendo hasta el final de este cuento, o no tanto.

En la lejanía ve como su manada se aparta lentamente ante la presencia de un espécimen desconocido en sus dominios y como los armónicos sonidos que siempre los acompañan, sus fragancias y colores pierden un destello en su intensidad. La Loba agita su majestuoso pelaje y se levanta lentamente. El espécimen de pelo y barba blancos brillantes camina erguido sobre sus dos patas, ¿Quién es y que busca este espécimen en los grandes dominios de La Loba? El espécimen la busca, la observa, no puede dejar de mirarla en toda su grandeza y fuerza, sube apresuradamente la montaña hacia su cueva, admira su majestuoso pelaje y la fuerza que desprende su cuerpo, le fascinan los destellos que transmiten sus ojos, el mundo de colores y magia que ella custodia con fiereza. ¿Que buscas espécimen? Te busco a ti Loba, llevo siglos buscándote, buscando una mujer como tu Loba, una mujer fuerte, una mujer libre, luchadora, una mujer que ha forjado este maravilloso espacio de luces, quiero compartir tu manada, quiero servirte, quiero que seas mi compañera, estoy cansado de recorrer este mundo oscuro de soledad y tristeza que me acompaña, llevo semanas observándote Loba, y aunque somos aun extraños déjame que te enseñe que llevo en mi interior y cuánto te necesito. La Loba se acerca y no le deja que alcance su cueva, el espécimen con su brillante pelo y barba blancos se recuesta extasiado a su lado.

La Loba le permite recostarse a su lado, escucha su relato de penurias y búsquedas de inmensas soledades e incomprensiones, intenta mirarle a los ojos, su profundidad, mientras él los esconde, ¿timidez?. Será el quien la profecía señalo hace milenios la acompañaría en la custodia de su mundo, compañero fiel en su cometido, el blanco de su pelo y barba blanca así lo señalan, la estrella brillante en su oreja izquierda, señales de la profecía, el resto de las señales deberá encontrarlas, a simple vista no las encuentra. La Loba necesita tiempo para meditar y le indica al espécimen que ella fuerza poderosa en sus dominios debe seguir con su cometido mientras el vuelve a su oscuro, lóbrego, húmedo y silencioso mundo. Volverán a verse, le dedicará un par de días cada semana mientras encuentra las señales definitivas indicadas por la profecía que una o no sus destinos, ¿tendrá el coraje suficiente el espécimen ante la grandeza del cometido que tienen por delante? Y es así como La Loba dedica el resto de los días a releer los textos que la profecía señalaba como el inicio del fin del mundo de la oscuridad con dos fuerzas poderosas que la protegiesen, su bosque de colores, olores y sabores vibrantes siguen creciendo, la manada crece, ella debe seguir procreando. Y así el día señalado por La Loba aparece el espécimen, que sigue extasiado ante su presencia, ella observa algunas señales intrigantes, señales que la desconciertan, en su mundo todos sus miembros son libres y nadie se somete, porque este espécimen asume con normalidad un NO sin explicaciones, si tanto dice ansiar la libertad de un mundo de colores, intenta procrear con ella pero le resulta imposible, no pudo nunca, La Loba siente empatía ante sus incongruencias y torpes intentos de seducción, no ve que La Loba es un animal humano que ha entendido que él no es el señalado por la profecía, espécimen por definir, cerrado a la humanidad, con más fuerzas que nunca La Loba le acompañará a su mundo y verá por sus propios ojos llameantes, conocedores de miles de vivencias el mundo del que procede y del que el espécimen no se quiere desprender.

Vivir unos días en el mundo del espécimen fue suficiente para recordar algo que tenia profundamente olvidado, revivir días de desesperanza superados, sufrimientos, nostalgias, añoranzas, luchas, desgarros… el espécimen durante esos días vivió feliz, mostró su trofeo, así veía el a La Loba a sus convecinos, que grandeza la suya para que una Loba, elegida de los dioses, le hubiese dedicado unos días de su milenaria vida. Volvieron juntos al mundo mágico de La Loba, ambos sabían en sus silencios que ella debería seguir buscando a su compañero, y él, él volvió a su cueva de silencios, oscuridades, humedades donde siguió buscando otra Loba de mundos mágicos, olores vibrantes y colores radiantes…

Tras unas semanas La Loba visito en su mundo al espécimen, rasco con sus poderosas patas la entrada de su cueva, el no esperaba volver a verla en todo su esplendor, su pelaje resplandeciente, el poder de su cuerpo, los rayos poderosos y brillantes de sus ojos, su determinación, ante la inmensidad de su fuerza el espécimen bajo la mirada, aquel antaño pelo blanco y barba blanca brillante fueron desapareciendo y sin el quererlo ante la grandeza de La Loba, todo su cuerpo se comenzó a transformar en lo que realmente era, pequeño, grasiento, sucio, vacío.. no podía soportar verla brillar de aquella forma, La Loba humanizo su cuerpo y reposo delicadamente una mano en su mejilla, ella había entendido con profunda tristeza quien era él, un simple ladrón de vidas ajenas, acurrucándole le dio un regalo que el no entendió ni entendería nunca, le regalo su mundo de colores, olores y sabores vibrantes, para que el pudiese seguir fascinado con algo que nunca entendería, la humanidad y la empatía.

Y este queridas amigas es un cuento, o no, que comencé en una maravillosa ruta que realicé, con un grupo de mujeres fuertes y poderosas en Vianos, Albacete, mientras descansábamos y vi a lo lejos a un desconocido de barba y pelo blancos de cierta edad al cual agradezco su repentina presencia y que el reposo en el cual me encontraba diese paso a un repentino frenesí de pensamientos, que culminaron en este cuento, o no tanto. Disculpándome de antemano con él si en algún momento se siente aludido.

Si en algún momento de vuestras vidas mujeres grandes y poderosas habéis compartido vuestra magia, olores y sabores vibrantes con un ladrón de vidas ajenas, seguramente podréis añadir más frases a este cuento, o no….

Autora Concepcion Garcia Garrido alias ‘’La Loba’’.